Ciencia: razón y pasión
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Investigar reúne dos característica que, en su primera lectura, parecen contradictorias: por un lado supone la racionalidad propia del investigador que infiere, analiza o concluye mediante un proceso metodológico y racional; por otra parte, nos empoderamos desde la pasión para adquirir un estatus de compromiso con nosotros mismos, en un ejercicio de honestidad propia ya que se trata de actos creativos, animosos y en algunos casos, fundacionales que finalmente se traducen en artículos, obras, producción intelectual.
Ya etimológicamente, la terminología latina lleva a pensarse como un “in” “vestigium”, es decir un “hacia” el vestigio, huella, pista o dato que nos ubica en la relación sujeto observador-objeto observado, una relación binaria necesaria para crear un vínculo ontológico y epistemológico.
El investigador se manifiesta a través de su producción científica, sus artículos, pero también por su compromiso y actitud ante el ejercicio de búsqueda de verdades, de teorías, de ciertos enunciados que se pretenden científicos y a los que la comunidad tomará como parte de ciertas conjeturas, validación o simplemente contraponiendo refutaciones que las hagan asequibles al pensamiento de la ciencia, tanto en lo general como en lo particular.
Cualesquiera que sean los procesos, lo cierto es que se “hace ciencia” a partir de la implementación de inferencias especulativas y la revisión de sus propios resultados, algo que ya mencionara oportunamente, el siempre referencial Karl Popper en su teoría falsacionista.
Aquí estamos nosotros desde Academo, creando nuevos espacios, reforzando intencionalidades, alentando desafíos y proponiendo horizontes de curiosidad para sumarnos a una comunidad que desea ensanchar su presencia en el universo de la ciencia. Sentimos que estamos aprendiendo y esto, ya es un paso importante.